Sputnik V rompe el cerco de los “Cinco Ojos”

Sputnik V rompe el cerco de los “Cinco Ojos”
 
 

Sputnik V rompe el cerco de los “Cinco Ojos”

InfoBaires24

 

Aunque EE.UU. y sus aliados más estrechos siguen difamando la vacuna de Gamaleya, corrompiendo y amenazando a gobiernos, el preparado ruso se impone mundialmente

por Eduardo J. Vior

Eduardo J. Vior

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha anunciado este martes que no tiene indicios de que la vacuna de AstraZeneca contra el covid-19 haya sido la causa de coágulos sanguíneos observados en algunos vacunados. El director ejecutivo de la EMA, Emer Cooke, señaló que los expertos siguen investigando la posibilidad de la formación de coágulos sanguíneos a causa de la vacuna, pero subrayó que este tipo de incidentes ocurren «muy rara vez».

La noticia se produce después de que en los días pasados Francia, Italia, Alemania y España, así como otros países han suspendido la aplicación de la vacuna británica, al recibirse reportes de posibles efectos secundarios graves. La interrupción en la aplicación de esta vacuna en la Unión Europea (UE) sigue al retraso deliberado de Pfizer en la distribución de su vacuna y ha decidido a varios países europeos a acordar con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por su nombre en inglés) la fabricación de la Sputnik V en territorio del bloque. EE.UU. y sus aliados apostaron muy fuerte a imponer mundialmente los preparados de Pfizer y Moderna, pero no sólo están perdiendo la delantera, sino que ya están arriesgando la primacía en el mercado farmacéutico mundial y, consecuentemente, su influencia política y económica.

Kiril Dmítriev, director general del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF)
Kiril Dmítriev, director general del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF)

El director general del RDIF, Kiril Dmítriev, informó este lunes 15 haber cerrado trato con compañías de España, Italia, Francia y Alemania para que se sumen a la producción de la vacuna Sputnik V. Por su parte, en una reunión virtual para impulsar la actividad inversora en Moscú el pasado jueves 11, el presidente Vladímir Putin denunció las prácticas desleales que aplican algunos gobiernos y empresas occidentales, para entorpecer la distribución equitativa de vacunas en el mundo. “Los productores luchan por un mercado mundial de vacunas valorado en 100.000 millones de dólares”, dijo. “Algunos compiten de forma desleal, venden un pequeño lote de vacunas a un precio más bajo con la condición de ser un proveedor exclusivo, así que hay una verdadera lucha por los mercados». Y continuó: “Rusia gana más de 15.000 millones de dólares con la venta de armas (inoficialmente se la estima en 55.000 millones), unos 25.000 millones de dólares por la venta de productos agrícolas, más o menos la misma cantidad por la venta de gas, mientras que el petróleo y sus derivados aportan algo más de 100.000 millones de dólares. Así que de repente surgió este enorme mercado y hay una fuerte lucha por él.”

Los servicios de inteligencia rusos son conscientes de que sus homólogos extranjeros buscan lanzar masivas campañas de desinformación contra las vacunas de Rusia. Así, esperan que pronto haya en los medios y las redes muchos informes sobre la ineficacia de la Sputnik V. EE.UU. y sus aliados más estrechos quieren evitar que la OMS certifique las vacunas rusas, para de este modo reducir la demanda mundial de las mismas. Según las fuentes rusas, «Estados Unidos apoya agresivamente las presiones de Pfizer sobre distintos gobiernos, para que los estados compradores asuman el pago de eventuales indemnizaciones a los afectados por efectos secundarios y la responsabilidad por las negligencias cometidas por el fabricante».

 

Las vacunas de ARN (ácido ribonucleico) modificado promocionadas en los medios de comunicación estadounidenses son simplemente demasiado caras para la mayoría del mundo. Por eso intentan frenar por todos los medios la aplicación de las más simples, pero efectivas competidoras rusas y chinas. Para ello, Pfizer y Moderna han requerido el apoyo de los servicios de inteligencia de los “Cinco Ojos” (EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), la alianza de espionaje que desde la Guerra Fría vigila el mundo entero.

No sólo los competidores del Este son víctimas de los ataques norteamericanos. La propia AstraZeneca sufre desde hace meses embates mediáticos y políticos. En los últimos días los principales miembros de la UE han suspendido la aplicación de su vacuna, al registrarse algunos casos de muertes por coágulos sanguíneos tras la aplicación del antiviral. Para rebatir las críticas, AstraZeneca informó el domingo 14 que no encontró pruebas de que su vacuna provoque este tipo de riesgos. En el mismo sentido, la portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Harris, había indicado ya la semana pasada que no hay razón para dejar de usar esta vacuna. Evidentemente, la “guerra de las vacunas” está en pleno desarrollo, las principales potencias han empeñado todos sus recursos en ella  y nadie queda afuera.